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Estilo de vida

Según los psicólogos de Harvard, los padres que crían «buenos niños» hacen estas cinco cosas

Cuando se trata de criar hijos, no hay una fórmula mágica que garantice el éxito. Sin embargo, un estudio realizado por expertos de la Universidad de Harvard revela que hay ciertos patrones de comportamiento que suelen seguir los padres que crían hijos felices y exitosos. Estas claves, respaldadas por la prestigiosa institución, pueden servir como guía para fomentar un ambiente de amor, aprendizaje y crecimiento en el hogar.

1. El poder del amor incondicional

El primer pilar para criar hijos felices y exitosos es el amor incondicional. Parece obvio, pero es fundamental recordar que los niños necesitan sentirse amados y valorados en todo momento. Cuando los padres expresan su amor de manera constante, los niños desarrollan un apego seguro y una mayor confianza en sí mismos. Este amor incondicional también les enseña a amar y mostrar empatía hacia los demás.

Como menciona el estudio de Harvard, el amor de los padres ayuda a los niños a sentirse cómodos en su propia piel. Un ejemplo interesante es el caso de Dinamarca, donde se imparten clases de empatía en las escuelas, las cuales ayudan a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales, lo que contribuye a su bienestar general y a una mejor relación con los demás.

2. Ser el mejor ejemplo

Los niños aprenden a través de la imitación, por lo que es esencial que los padres sean un buen ejemplo a seguir. Mostrar el mejor lado de nosotros mismos no solo es halagador, sino que también nos impulsa a ser mejores personas. Cuando los niños ven a sus padres comportándose de manera positiva y respetuosa, tienden a imitar esas conductas. Además, esto crea un ambiente familiar de armonía y aprendizaje constante.

3. Fomentar la interacción con los demás

Es importante permitir que los niños interactúen con sus pares y con adultos. Al interactuar con otros, los niños aprenden a ser amables, generosos y compasivos. Según el informe de Harvard, las personas que expresan gratitud tienden a ser más serviciales, compasivas y generosas. Fomentar la interacción social desde temprana edad ayuda a los niños a desarrollar estas habilidades y a ser más felices y saludables en general.

Foto Freepik

4. Enseñar a expresar emociones de manera saludable

Los sentimientos son parte fundamental de nuestra identidad, y los niños no son una excepción. Para que los niños se sientan comprendidos y aceptados, es importante enseñarles a expresar sus emociones de manera saludable. Esto implica ayudarles a identificar sus sentimientos y enseñarles estrategias para manejar situaciones emocionales, como la frustración o la ira. Al brindarles herramientas para expresarse de manera adecuada, les estamos enseñando habilidades que serán valiosas a lo largo de su vida.

5. Resolver problemas en conjunto

Cuando los niños se enfrentan a un problema, es importante abordarlo en conjunto y buscar soluciones creativas. Por ejemplo, si un niño se niega a lavar los platos, en lugar de imponerle la tarea, podríamos preguntarle por qué no quiere hacerlo y buscar una solución divertida, como lavar los platos mientras escuchan música. Esta actitud de resolución de problemas fomenta la comunicación abierta y fortalece el vínculo entre padres e hijos.

La perfección no existe, ¡y está bien!

Es importante recordar que no existe la perfección en la crianza de los hijos. Tanto los padres como los niños son seres humanos, y cometer errores es parte del proceso de aprendizaje. No debemos buscar ser padres perfectos, sino más bien cultivar un ambiente amoroso y de apoyo donde nuestros hijos puedan crecer y desarrollar todo su potencial.

Por último, estas claves respaldadas por Harvard nos recuerdan la importancia del amor incondicional, el ejemplo que damos a nuestros hijos, la interacción con los demás, la expresión saludable de emociones y la resolución de problemas. Al aplicar estas claves en nuestra crianza, estaremos sentando las bases para que nuestros hijos crezcan felices, exitosos y con una sólida base emocional.

¡No hay una receta mágica para criar hijos perfectos, pero estas claves nos acercan a un camino de crianza positiva y efectiva respaldada por la ciencia!

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