Siete prácticas sexuales que a lo mejor desconocías

Mucha gente cree que ya lo ha probado todo en la cama, pero el mapa de la sexualidad es mucho más amplio de lo que parece. Existen prácticas con nombres poco conocidos que mezclan curiosidad, fantasía y juego, y que están ganando espacio junto a tendencias como el slow sex o la tecnología erótica conectada al móvil.
Sexo en lugares públicos: dogging y cruising con seguridad
Dogging: cuando el morbo está en ser visto
El dogging hace referencia a encuentros sexuales en lugares públicos o semipúblicos, como el coche aparcado, un área de servicio o un parque poco transitado, sabiendo que otras personas pueden mirar o incluso participar. Se sitúa a medio camino entre exhibicionismo y voyeurismo, y el término se originó en Gran Bretaña, donde los curiosos fingían pasear al perro. Para que esta práctica sea lo más segura posible, es clave pactar entre quienes participan qué está permitido, usar preservativo y barreras de látex, evitar grabar sin permiso y recordar que el sexo visible para menores o personas que no han consentido puede considerarse un delito de exhibicionismo.
Cruising: encuentros anónimos entre hombres
El cruising se asocia sobre todo a hombres que tienen sexo con otros hombres en espacios concretos, como parques, baños o zonas ya conocidas dentro de la comunidad. Suele combinar anonimato, contacto visual, señales discretas y, a veces, un encuentro rápido en el propio lugar. Aunque muchas personas lo viven como una forma de libertad sexual, conviene conocer bien el espacio, valorar la seguridad física, acordar señales claras de consentimiento y tener presentes los riesgos legales que conlleva cualquier acto sexual en lugares públicos donde puedan aparecer terceros no consentidores.
Sexo con desconocidos del polvo de una noche al glory hole
Encuentros casuales y sexo con extraños
El clásico polvo de una noche es una práctica muy extendida y, para muchas personas, una forma libre y válida de vivir el deseo. Sexo con desconocidos no significa ausencia total de afecto; puede haber cuidado, trato amable y una conexión intensa aunque no exista proyecto de pareja. Para reducir riesgos se recomienda el uso constante de preservativo, hacerse pruebas periódicas de ITS, evitar mezclar grandes cantidades de alcohol o drogas con la toma de decisiones sexuales y respetar tanto los propios límites como las señales de incomodidad de la otra persona.
Glory hole: anonimato total detrás de una pared
El glory hole consiste en un orificio en una pared o cabina de locales preparados para ello, donde una persona introduce el pene y otra, al otro lado, lo estimula sin que exista contacto visual directo. Pueden darse felaciones, caricias, masturbación o penetración con preservativo, según lo acordado. El grado de anonimato es alto, lo que aumenta tanto la fantasía como los riesgos, ya que no se ve quién está al otro lado. Para cuidar la salud sexual se aconseja elegir espacios regulados, usar condón en todas las prácticas, evitar la práctica si no se respeta la protección y, cuando sea posible, acordar previamente límites con la organización o con la persona participante.

Sexting, gooning y fisting de la pantalla al cuerpo
Sexting: sexo a través del móvil
El sexting es el intercambio de mensajes, fotos, audios o vídeos eróticos a través del móvil o de aplicaciones de mensajería. Puede darse dentro de una pareja estable, entre personas que se acaban de conocer o en relaciones a distancia donde la fantasía y la imaginación juegan un papel central. Aunque no hay contacto físico directo, sí existen riesgos importantes: difusión del material sin permiso, violencia digital o chantaje. Por eso se recomienda no reenviar nunca contenido ajeno, cuidar la privacidad (contraseñas seguras, evitar mostrar el rostro si no hay confianza), guardar solo lo pactado y respetar siempre el consentimiento digital.
Gooning: excitación prolongada sin llegar al final
El gooning describe una masturbación muy prolongada en la que la persona busca mantenerse en un estado de excitación intensa durante mucho tiempo, a veces casi como en un trance. Suele apoyarse en pornografía, audios eróticos o fantasías mentales muy repetidas. Esta forma de juego puede resultar placentera para quien la practica, pero requiere escuchar el cuerpo, detenerse ante cualquier molestia, hidratarse, respetar el descanso y evitar que se convierta en una conducta compulsiva que interfiera con el sueño, el trabajo o las relaciones sociales.
Fisting: una práctica avanzada que exige cuidado extremo
El fisting consiste en introducir la mano, de forma progresiva, en la vagina o en el ano. Se trata de una práctica avanzada en la que las paredes internas son delicadas y cualquier movimiento brusco puede provocar desgarros, sangrado o dolor intenso. Para reducir riesgos se recomienda usar mucho lubricante, guantes y, si se desea, preservativos en la mano, mantener las uñas muy cortas, avanzar de forma lenta y con comunicación constante. Es esencial que exista un clima de confianza, señales claras para parar y la idea de que si duele demasiado se detiene de inmediato. Ante sangrado abundante o malestar intenso, la opción más responsable es acudir a un servicio sanitario, igual que ocurre con otras prácticas de riesgo como el stealthing, que no se considera juego erótico sino una agresión sexual al retirar el preservativo sin permiso.
Explorar prácticas nuevas puede hacer que la vida sexual resulte más variada y menos rutinaria, pero el centro siempre debería estar en el consentimiento informado, la comunicación abierta y la protección frente a ITS y a lesiones físicas. La curiosidad sexual gana cuando se combina con información rigurosa, autoescucha y respeto mutuo. Ante cualquier duda, la consulta con profesionales de la sexología y la salud sexual ofrece un espacio seguro para resolver miedos, aprender términos y decidir qué forma de placer encaja mejor con cada persona y con sus valores.
