¿Tienes esta marca bajo la uña? Podría ser una señal temprana de cáncer

Cuando aparece una franja marrón o negra bajo la uña, muchos sienten una alarma justificada. A simple vista, podría parecer solo una mancha, tal vez el recuerdo de un golpe o un simple cambio sin importancia. Pero si esa línea no desaparece con el tiempo o muestra algunas características particulares, podría ser una advertencia de un problema mucho más serio: el melanoma subungueal.
Las uñas dicen mucho del estado de salud y, en ocasiones, son una ventana para detectar enfermedades graves. Reconocer los cambios anormales y actuar de manera rápida puede marcar la diferencia en el pronóstico y tratamiento del cáncer de piel que se desarrolla bajo la uña. La detección precoz mejora significativamente las chances de curación, así que la autoobservación y la atención médica oportuna se vuelven clave.
Qué es el melanoma subungueal y cómo reconocerlo
El melanoma subungueal es un tipo poco frecuente, pero muy agresivo, de cáncer de piel en la uña. Se forma en la matriz ungueal, la zona que produce la uña en su base. Aunque representa apenas un porcentaje pequeño de todos los melanomas, suele avanzar rápido y ser difícil de identificar en etapas iniciales.
Este cáncer es más común en personas mayores de 50 años, con piel clara, antecedentes familiares de melanoma, inmunosupresión o traumas previos en la uña. Sin embargo, cualquier persona puede verse afectada. Suele manifestarse como una franja marrón o negra que va desde la base de la uña hasta la punta. Lo que la diferencia de manchas benignas es que no desaparece con el paso de las semanas y, en ocasiones, la pigmentación se va extendiendo hacia la piel cercana (un signo llamado signo de Hutchinson).
El melanoma subungueal afecta con mayor frecuencia al pulgar de las manos o el dedo gordo del pie, pero puede aparecer en cualquier uña.
Señales de alerta: cambios y síntomas que deben vigilarse
Las primeras señales suelen ser muy sutiles. La presencia de una banda oscura regular o irregular que no se desplaza con el crecimiento de la uña debe llamar la atención. Si la franja cambia de tamaño, grosor, color o se vuelve más irregular, el riesgo aumenta. Otras señales a vigilar son el sangrado espontáneo, dolor en la uña, engrosamiento, deformación, levantamiento de la uña o ulceración.
Cuando la pigmentación comienza a llegar a la piel que rodea la uña (cutícula o laterales) el riesgo es aún mayor. Este detalle, el signo de Hutchinson, se asocia casi siempre a problemas graves y no debe ser ignorado. Bandas que aparecen tras un golpe pero que permanecen sin cambios pueden esconder un melanoma. Al contrario, los hematomas suelen cambiar, desplazarse y eliminarse progresivamente con el crecimiento de la uña.
Factores de riesgo y personas más propensas
El melanoma subungueal tiene sus propios factores de riesgo, distintos al resto de los melanomas. La exposición solar no suele estar implicada en este tipo de cáncer, a diferencia de otros cánceres de piel. Entre los factores que más aumentan la probabilidad de padecerlo están la edad avanzada, tener piel clara, abundantes lunares o pecas, antecedentes personales o familiares de melanoma, sistemas inmunitarios debilitados y haber sufrido golpes o lesiones repetidas en la uña.
Personas con sistemas inmunológicos comprometidos o quienes han recibido trasplantes también pueden presentar un riesgo superior. También hay una mayor incidencia en ciertos grupos étnicos, convirtiéndose en uno de los pocos tipos de melanoma que puede afectar a personas con piel más oscura.

Diagnóstico y tratamiento: la importancia de actuar rápido
El diagnóstico correcto exige la evaluación por un dermatólogo o especialista en cáncer de piel. Primero se realiza una revisión clínica cuidadosa con preguntas sobre la aparición, evolución y cambios recientes en la uña afectada. Si existe sospecha de melanoma, el siguiente paso es una biopsia de la matriz ungueal.
La biopsia consiste en tomar una pequeña muestra del tejido donde se encuentra la lesión. El patólogo estudia la muestra para confirmar la presencia de células cancerosas y determinar cuánto ha avanzado el tumor. Si el resultado es positivo, se pueden solicitar estudios adicionales con imágenes para valorar si el cáncer se ha extendido.
El tratamiento principal es la extirpación completa de la lesión, lo que a veces puede requerir la eliminación parcial o total de la uña, e incluso la amputación de parte del dedo si el daño es extenso. En casos más avanzados, se combinan terapias como quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia. El abordaje suele ser multidisciplinario, coordinando dermatólogos, oncólogos y cirujanos para planificar el tratamiento más efectivo posible.
Diferencias clave con otras patologías ungueales
No todas las líneas oscuras bajo la uña son sinónimo de cáncer. Los hematomas, por ejemplo, suelen aparecer tras un traumatismo y desaparecen al cabo de unas semanas conforme la uña crece. Las infecciones por hongos tiñen la uña pero suelen asociarse a deformación, cambio de textura y mal olor, sin formar una franja definida.
Las lesiones benignas asociadas a pigmentos pueden aparecer en personas con piel oscura, y suelen afectar varias uñas al mismo tiempo. Lo preocupante y diferenciador es cuando la línea es única, crece en grosor y color, o invade la piel circundante. Por eso se recomienda acudir al especialista siempre que se detecte un cambio sospechoso en la uña.
El impacto del diagnóstico temprano en la supervivencia
Cuando el melanoma subungueal se descubre en fases iniciales, las probabilidades de curación aumentan mucho. La detección temprana es clave porque, a diferencia de otras formas de cáncer de piel, este puede avanzar de forma silenciosa y con mínima sintomatología. La autoobservación juega un papel esencial; revisar las manos y pies con regularidad ayuda a identificar cualquier cambio nuevo o preocupante.
Las revisiones médicas periódicas se vuelven especialmente importantes en personas con factores de riesgo. Gracias al diagnóstico precoz, es posible evitar tratamientos más agresivos y mejorar el pronóstico general del paciente.