¿Tu vuelo no salió a tiempo? Esto es lo que te deben por ley

A casi nadie le sorprende llegar vueloal aeropuerto y ver la palabra “retrasado” junto a su vuelo. Más de la mitad de los pasajeros desconoce que existen reglas claras y derechos protegidos por ley ante estas situaciones. Un retraso puede trastocar planes laborales, arruinar vacaciones e incluso generar gastos inesperados. Saber qué puedes reclamar y cómo hacerlo transforma la frustración en una oportunidad de exigir lo que legalmente te corresponde y protege tu experiencia como viajero.
Tus derechos en caso de retraso: normativa y protección al pasajero
En la Unión Europea, el Reglamento (CE) 261/2004 regula los derechos de los pasajeros en caso de retrasos, cancelaciones o denegación de embarque. Esta norma protege a los pasajeros que parten de cualquier aeropuerto en la UE, además de Islandia, Noruega, Suiza y regiones ultraperiféricas. También cubre vuelos de aerolíneas europeas que salen de fuera de la UE hacia la región.
Las diferencias con países como Estados Unidos y México no son menores. En la UE, la ley exige que la aerolínea ofrezca asistencia, compensación económica y opciones de reembolso cuando procede. En EE. UU., la atención depende de la política interna de cada compañía, pero se reconoce la obligación de asistir a los pasajeros si el retraso es importante. México ha fortalecido sus normas desde 2017, exigiendo información clara, compensación y ayuda en el aeropuerto cuando ocurren demoras o cancelaciones.
La aerolínea debe informar de forma transparente sobre la causa del retraso y explicar las opciones disponibles: asistencia, reembolso o transporte alternativo. Además, debe ofrecer comida, comunicación y alojamiento según la espera, sin excusas.
¿Cuándo puedes reclamar compensación según la ley?
El derecho a compensación económica nace cuando el vuelo llega al destino final con más de tres horas de retraso respecto a la hora prevista. El monto varía según la distancia:
- 250 euros si el recorrido es de hasta 1.500 km.
- 400 euros para trayectos de entre 1.500 y 3.500 km.
- 600 euros para vuelos superiores a 3.500 km.
No aplica compensación si el retraso se debe a circunstancias extraordinarias como condiciones climáticas extremas, emergencias médicas, inestabilidad política, sabotaje, terrorismo o restricciones del control aéreo. Problemas técnicos o cuestiones operativas de la aerolínea no están protegidos como excusa y sí otorgan derecho a reclamar.
Derecho a asistencia inmediata: comida, alojamiento y transporte
Desde dos horas de retraso (según la distancia del vuelo), el pasajero tiene derecho a asistencia práctica mientras espera. La aerolínea debe entregar alimentos, bebidas, acceso a llamadas telefónicas, envío de mensajes y, si la espera se prolonga hasta el día siguiente, una habitación de hotel con transporte incluido entre el aeropuerto y el alojamiento.
Estos servicios no dependen de si finalmente te corresponde indemnización económica: son de cumplimiento inmediato y obligatorio.

Reembolso del billete y cambio de ruta en retrasos graves
Cuando el retraso supera las cinco horas, la normativa europea otorga al pasajero la posibilidad de elegir entre:
- El reembolso total o parcial del billete en un plazo de siete días.
- Un vuelo alternativo hasta el destino final sin coste adicional.
- O, si decide no viajar, un vuelo gratuito de regreso al punto de partida.
Este derecho es independiente del motivo del retraso y garantiza la libertad del viajero para reorganizar su itinerario según sus necesidades.
¿Cómo reclamar tu compensación por retraso?
Para reclamar una compensación, es esencial guardar todos los documentos: el billete, la tarjeta de embarque, recibos y cualquier comunicación con la aerolínea. En Europa generalmente existe un plazo de hasta tres años para presentar la solicitud, aunque conviene actuar cuanto antes para evitar problemas.
La reclamación puede hacerse de forma directa ante la aerolínea, a través de sus páginas web, usando plantillas oficiales o incluso servicios especializados que gestionan todo el proceso. Documentar el momento exacto de la llegada, la hora en que se abrieron las puertas del avión y reunir pruebas del retraso (fotos, pantallazos de paneles informativos) refuerza la reclamación.
Si la aerolínea no responde o rechaza la petición sin justificación, existen organismos públicos donde presentar una queja adicional y recursos legales en defensa del pasajero.
Compensaciones económicas, vales y servicios adicionales
La indemización por ley debe pagarse en efectivo, transferencia bancaria, cheque o, con consentimiento del pasajero, mediante vales de viaje o servicios extra como alojamiento o transporte adicional. Es fundamental saber que la elección del pasajero prima: si prefieres dinero y no un bono, la compañía debe respetarlo.
Los vales suelen tener fechas de caducidad y condiciones de uso restrictivas, lo que puede restar valor si no viajas habitualmente o no puedes gastar la cantidad completa. Por eso, muchas veces resulta preferible solicitar la compensación en dinero, que es universal y flexible.
En situaciones de oferta de servicios extra, como habitaciones de hotel, vales de comida o traslados, tienes derecho a exigir que estos sean adecuados y cubran tus necesidades básicas sin ningún coste adicional.
Plazos y consejos clave para una reclamación efectiva
El plazo para reclamar suele ser de tres años en España y la UE, aunque algunos países lo reducen a dos. Conviene consultar la normativa exacta para no perder la oportunidad. La reclamación debe ir acompañada de billete, tarjeta de embarque y comprobantes de todos los gastos adicionales relacionados con el retraso.
Guardar capturas de los paneles de información, correos electrónicos de la compañía y cualquier documento que pruebe el tiempo de espera ayuda a fortalecer el caso si la aerolínea cuestiona los hechos. Si la respuesta es negativa, el pasajero puede acudir a organismos oficiales, como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en España, o buscar ayuda profesional para defender sus derechos.
Conocer estos derechos permite proteger el bolsillo y la tranquilidad ante cualquier imprevisto con el vuelo. Es la clave para convertir un mal día en una experiencia menos amarga y más justa para todos los pasajeros.