¿Un hombre de 70 años todavía puede tener una erección?

La sexualidad en la vejez cambia, pero no desaparece. Muchos hombres de 70 años aún pueden experimentar erecciones. La función sexual incluye el deseo, la capacidad de excitación y la respuesta física, siendo la erección un aspecto visible.
Cambios físicos y hormonales que afectan la erección a los 70 años
Al envejecer, el cuerpo masculino presenta disminución de testosterona, la hormona responsable del deseo sexual y la energía. Ese declive puede ser gradual o notarse de forma más marcada en algunos hombres. Esta reducción afecta tanto el deseo como la firmeza de las erecciones.
Los vasos sanguíneos pierden elasticidad y fuerza con los años, lo que dificulta la llegada de sangre suficiente al pene para lograr erecciones tan fuertes o duraderas como antes. Problemas prostáticos (como la hiperplasia benigna de próstata) se hacen frecuentes e inciden en la eyaculación y la función sexual en general.
El envejecimiento modifica la frecuencia y calidad de las erecciones. Es común que tarden más en aparecer o que la rigidez no sea la misma. El tiempo de recuperación luego de una relación sexual suele aumentar, y puede cambiar la intensidad del orgasmo.
El uso de medicaciones para el corazón, la presión, la próstata, o trastornos neurológicos, puede influir de manera directa en la función eréctil. El estado general de salud, la alimentación, el nivel de actividad y las enfermedades crónicas marcan una diferencia importante.
Factores médicos y de estilo de vida
Una enfermedad crónica como la diabetes o la hipertensión puede afectar los nervios y vasos sanguíneos necesarios para una erección firme. En el caso de problemas cardíacos, la circulación se ve comprometida y esto impacta en la función sexual. La insuficiencia renal, el colesterol alto y ciertas condiciones neurológicas también interfieren.
El tabaco, el alcohol y la vida sedentaria empeoran la situación. Fumar perjudica la circulación y el alcohol deprime el sistema nervioso. Juntos, elevan el riesgo de disfunción eréctil.
Por el contrario, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio frecuente y dormir lo suficiente refuerza la salud sexual. Las caminatas, los ejercicios de resistencia y el control del peso ayudan a proteger el sistema circulatorio. Una dieta rica en frutas, verduras, pescado y aceite de oliva mejora la función vascular.

Aspectos psicológicos y de relación
El estrés y la ansiedad por el desempeño sexual se presentan a cualquier edad, pero en la tercera edad pueden aumentar si existe temor al fracaso o inseguridad. La autopercepción y la confianza en uno mismo se ven afectados, sobre todo si aparecen cambios en el cuerpo.
Problemas de comunicación con la pareja repercuten en la satisfacción sexual. Expresar deseos, inseguridades o expectativas evita malos entendidos y aligera la presión del rendimiento. El apoyo emocional y la comprensión mutua fortalecen el vínculo y abren paso a una vida sexual más relajada, sin tabúes ni presiones innecesarias.
Soluciones y recomendaciones para mantener la función eréctil en la tercera edad
Existen alternativas médicas para quienes tienen problemas de erección. Los fármacos inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (como el sildenafil) incrementan el flujo sanguíneo al pene y ayudan a lograr o mantener la erección. Es clave acudir al médico, porque estos medicamentos pueden tener contraindicaciones, sobre todo en presencia de enfermedades cardíacas o el uso de otros tratamientos.
Como terapia adicional, los dispositivos de vacío inducen la erección mediante succión y resultan útiles para hombres que no pueden tomar medicamentos orales. Los ejercicios para el suelo pélvico pueden fortalecer los músculos implicados y mejorar la función eréctil en ciertos casos.
Cambiar hábitos negativos supone una mejora considerable, incluso sin necesidad de fármacos. Dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y mantenerse activo favorece la salud en general y la respuesta sexual en particular.
La sexualidad plena no se reduce al coito o la penetración. Acariciar, besar y explorar nuevas formas de intimidad nutre la vida en pareja. Adaptar las expectativas y valorar la conexión emocional resulta tan importante como la erección misma.
Consulta médica y adaptación sexual
Las dificultades persistentes para conseguir o mantener una erección requieren la evaluación del médico especialista. Un urólogo puede investigar si existen causas físicas, revisar tratamientos previos y orientar sobre las opciones adecuadas.
El apoyo de un psicólogo puede ser útil, especialmente si la ansiedad o el miedo fracasar predominan sobre el deseo. La orientación profesional ayuda a descartar problemas graves, normalizar los cambios y encontrar estrategias personalizadas para disfrutar de la sexualidad.
Resulta útil adaptar los momentos sexuales a cuando la energía es mayor, probar posturas cómodas o aprovechar más tiempo para los juegos previos. No es necesario apresurarse ni presionarse con una sola manera de vivir la intimidad, ya que las necesidades pueden variar incluso entre los miembros de una pareja.
