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Insólito

¿Y si solo tomas cerveza por 30 días? Él lo intentó y no sobrevivió

El caso estremecedor de Thaweesak Namwongsa, un hombre tailandés de 44 años hallado muerto por su hijo tras pasar semanas bebiendo solo cerveza, pone en el centro del debate lo que muchas veces preferimos ignorar: el abuso del alcohol puede matar.

Thaweesak no siempre vivió solo y su caída empezó tras un divorcio reciente, una herida profunda que dejó cicatrices invisibles. En vez de buscar ayuda, eligió el encierro. Por otro lado, su hijo adolescente trató de ayudar, pero con apenas 16 años, poco pudo hacer, ya que lo encontró sin vida, rodeado de más de 100 botellas vacías de cerveza.

Aunque la autopsia oficial aún no confirma el motivo exacto de su muerte, la desnutrición severa y el daño orgánico aparecen con claridad en la escena. La acumulación de botellas y el deterioro físico dan pistas de un patrón de consumo tan extremo que la discusión pública en Tailandia se encendió de inmediato. Esta tragedia sacó a relucir no solo el dolor de una familia, sino también la falta de recursos de salud mental en la región.

Efectos del consumo excesivo de alcohol en el organismo

Al principio, puede parecer inofensivo, pero los daños se acumulan y, cuando el consumo se vuelve excesivo, el riesgo crece cada minuto.

El hígado, encargado de eliminar toxinas, sufre de manera directa, por lo que beber en grandes cantidades puede llevar a enfermedades como hepatitis y cirrosis hepática, las cuales deterioran progresivamente su función hasta hacerlo colapsar. El sistema nervioso también paga el precio, ya que el alcohol deprime el cerebro, afecta la coordinación, la memoria y puede desencadenar crisis de confusión, pérdida de conciencia e incluso convulsiones en los casos más graves.

Con el corazón y los vasos sanguíneos la historia es igual de alarmante. Se eleva el riesgo de presión alta, arritmias, infartos y accidentes cerebrovasculares. El aparato digestivo tampoco se salva. El alcohol irrita el estómago, causa úlceras y aumenta el riesgo de cáncer en el tracto digestivo.

Thaweesak no comió durante semanas, solo bebió. Este patrón extremo golpea todos los órganos a la vez, creando un cóctel letal en el cuerpo.

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Cuando la cerveza reemplaza la comida

Sustituir la comida por alcohol por un período tan largo como lo hizo Thaweesak tiene consecuencias brutales. El cuerpo necesita proteínas, vitaminas y minerales para funcionar. La cerveza apenas aporta calorías vacías y poco nutrientes. Esta malnutrición acelera la destrucción muscular, debilita el sistema inmune y provoca fallos en hígado, riñones y corazón.

Además, sin alimento, los órganos no tienen materia prima para repararse ni generar energía, dejando a la persona vulnerable a infecciones, anemias y deterioro mental.

Trastornos mentales asociados al abuso de alcohol

El abuso de alcohol rara vez surge solo por diversión o costumbre y muchas veces, esconde problemas psiquiátricos como depresión o ansiedad. Tras un divorcio, la tristeza puede volverse insoportable y el vaso parece ofrecer consuelo, aunque en realidad solo profundiza el dolor.

Algunas personas buscan alivio en la bebida y, atrapadas por la dependencia, caen en una espiral descendente. Pensamientos suicidas, desesperanza, desconexión de la realidad: todo esto puede ser el resultado de meses o años de abuso.

La soledad, la falta de apoyo y la poca posibilidad de acceder a ayuda profesional multiplican el riesgo, como se vio en el caso de Thaweesak.

Prevención y recursos ante el abuso de alcohol

La mejor estrategia es la prevención. Estar atentos a los cambios de comportamiento, como el aislamiento, la tristeza persistente o el aumento del consumo de alcohol, puede salvar vidas. Reconocer la alarma es el primer paso.

Buscar ayuda profesional nunca debe ser motivo de vergüenza. Psicólogos, psiquiatras y centros de atención para adicciones brindan apoyo y acompañan a las familias en el proceso. En muchas ciudades existen líneas de ayuda y grupos de apoyo gratuitos.

El entorno cercano, amigos y familiares deben mantener la puerta abierta para hablar sin juicios. Escuchar y acompañar es tan importante como cualquier tratamiento médico.

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