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Cocina, recetas y alimentos

Consejos para reducir el azúcar en la dieta de los niños

Muchos no saben que la composición básica de una buena alimentación son las proteínas, los carbohidratos y los lípidos, acompañado del consumo adecuado de vitaminas y minerales.

Los carbohidratos (sustancias derivadas del proceso de hidratación del carbono) que son de interés alimenticio se dividen comúnmente en azúcares simples y complejos de azúcares. Los primeros incluyen monosacáridos (fructosa y glucosa) y disacáridos (sacarosa, lactosa y maltosa); los últimos incluyen polisacáridos (celulosa, almidón y glucógeno).

Los carbohidratos simples, comúnmente llamados azúcares, son sustancias de sabor dulce, de fácil digestión y asimilación en poco tiempo, solubles en agua y, en la mayoría de los casos, metabolizadas por el organismo humano. Debido a que poseen una alta capacidad de absorción, puede incrementar considerablemente los niveles de azúcar en la sangre, lo que al estar controlado por la insulina (Hormona producida por el páncreas), genera un mal funcionamiento general del órgano.

Si la cantidad de azúcar que se encuentra en la sangre es excesiva y supera el umbral fisiológico, se produce un fenómeno conocido como hiperglucemia, en cambio, si ocurre lo contrario, se denomina hipoglucemia.

Los azúcares son los nutrientes que proporcionan al cuerpo energía rápida, por eso cuando te sientes cansado y débil sientes la necesidad de comer algún dulce. Pero hay que tener mucho cuidado, ya que una ingesta incontrolada de alimentos ricos en carbohidratos puede aumentar fácilmente el peso corporal, con el riesgo de alcanzar valores de sobrepeso perjudiciales. También puede experimentar una desagradable sensación de somnolencia, un deseo incontrolable de dormir y una marcada disminución de la concentración.

La importancia del azúcar en la alimentación de los niños.

El metabolismo de un niño tiene características especiales que dependen de su necesidad de crecer de forma equilibrada.

Los niños, sobre todo en los primeros años de vida, necesitan crecer tanto en altura como en masa corporal, pero este proceso debe llevarse a cabo de forma armoniosa para evitar problemas relacionados con su metabolismo.

Por lo tanto, la ingesta de azúcares en la dieta debe seguir escrupulosamente ciertas premisas destinadas a garantizar el bienestar fisiológico y el crecimiento equilibrado.

Son preferibles los azúcares crudos y no refinados, ya que contienen un alto porcentaje de fibras solubles y sustancias antioxidantes, que ralentizan su absorción en el intestino, manteniendo controlado el pico glucémico postprandial.

Las principales fuentes de azúcares simples son:

  • Helados
  • Caramelos
  • Frutas caramelizadas
  • Jugo de fruta azucarado
  • Dulces como los pasteles, las galletas y los bocadillos
  • Las mermeladas y cremas de avellana como la Nutella
  • El chocolate, principalmente el de leche, el blanco, el de avellana y el gianduia
  • Algunas frutas como por ejemplo: los higos, los dátiles, las caquis, las uvas sultanas y las castañas

Es por eso que si deseas garantizar un régimen nutricional equilibrado a tu hijo, lo mejor será limitar el consumo de los alimentos que hacen parte de la lista anterior, intentando reemplazarlo por otros que no sean tan dañinos para la salud, con el fin de proporcionar un crecimiento corporal adecuado sin correr el riesgo de padecer de alguna enfermedad que pueda afectar la función pancreática.

Cómo reducir la cantidad de azúcar en la dieta de los niños

Los azúcares que hay que evitar son sobre todo los añadidos, es decir, los que contienen los productos procesados como los snacks, los aperitivos, las bebidas azucaradas, pero también otros alimentos que contienen conservantes y que también utilizan azúcares entre sus componentes; así que intenta sustituir los alimentos citados anteriormente por un buen plátano, una manzana, una pera o una ración de macedonia hecha con fruta de temporada, quizá enriquecida con una cucharada de yogur.

También es muy importante leer atentamente las etiquetas de los productos: las palabras «sin azúcares añadidos» no siempre garantizan la calidad del producto, ya que estos alimentos pueden ser adecuados para una dieta concreta (adelgazamiento, para diabéticos), pero siguen conteniendo un determinado porcentaje de grasas vegetales o, peor aún, de grasas animales.

Si a tu hijo no le gusta la fruta, puedes ofrecerle en la merienda una rebanada de pan integral con una cucharada de miel.

Otra alternativa al azúcar es la stevia, elaborada a partir del jugo de la caña de azúcar, que tiene un sabor similar al de los carbohidratos clásicos, pero es mucho más saludable para el metabolismo de tu hijo.

El azúcar de coco, aunque no es del agrado de todos por su sabor tan particular, también es una buena alternativa a la sacarosa.

El yogur sin azúcar, quizás aromatizado con fruta fresca de temporada, también es una buena manera de ofrecer un alimento sabroso y saludable; también se pueden utilizar cereales sin azúcar, añadiendo una cucharadita de vainilla.

Otra sugerencia para reducir el azúcar en la dieta de tu hijo es elaborar tus propios dulces caseros: puedes hacer galletas, pasteles o tartas utilizando stevia o azúcar de coco en lugar de la tradicional sacarosa.

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Veronica Pereira