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Belleza

5 hábitos que pueden provocar la caída de pestañas

Las pestañas no sólo ponen en valor la mirada, también cumplen una función defensiva clave. Forman una barrera natural que protege los ojos de polvo, partículas y microorganismos, ayudando a prevenir infecciones y la sequedad ocular. Sin embargo, ciertos hábitos cotidianos, tanto externos como internos, pueden debilitarlas más de lo esperado y acelerar su caída.

Hábitos cosméticos que dañan la salud de las pestañas

El uso de maquillaje es parte de la rutina diaria de muchas personas, pero puede pasar factura a la salud de las pestañas si no se maneja con precaución. Algunos productos y técnicas, lejos de embellecer, terminan dañando las raíces y la integridad de cada fibra.

El uso abusivo de productos de maquillaje

Utilizar máscaras de pestañas, sobre todo las resistentes al agua, debilita progresivamente las fibras si se usan con frecuencia. Estos productos, por su fórmula de larga duración, tienden a resecar y endurecer las pestañas, volviéndolas más frágiles y propensas a quebrarse. Además, los adhesivos fuertes empleados en extensiones y pestañas postizas afectan el folículo piloso, debilitando la raíz y ralentizando el crecimiento natural.

Desmaquillado y manipulación brusca

Frotar vigorosamente los ojos o retirar el maquillaje de forma apresurada es una de las causas más comunes de la caída prematura de pestañas. La fricción directa puede arrancar varias fibras de raíz o quebrarlas por la mitad, dejando espacios visiblemente despoblados en la línea de crecimiento. La clave está en realizar un desmaquillado suave usando productos específicos y movimientos delicados, evitando el contacto agresivo.

Extensiones y herramientas de belleza

El peso excesivo de las extensiones también genera una presión constante en el folículo, lo que debilita la base y tantas veces produce caída anticipada. Utilizar un rizador de pestañas de manera incorrecta, especialmente sobre pestañas maquilladas o con cauchitos desgastados, aumenta la vulnerabilidad de las fibras, incluso puede romperlas en plena curva. Es imprescindible mantener estas herramientas limpias, revisarlas con frecuencia y emplearlas sólo sobre pestañas sin restos de maquillaje para prevenir daños.

Foto Freepik

Factores internos y estilos de vida que influyen en la caída de las pestañas

Más allá de lo que ocurre en la superficie, existen razones biológicas y hábitos diarios que afectan directamente el ciclo vital de las pestañas. La alimentación, el equilibrio hormonal y ciertos estados de salud general inciden tanto o más que el uso de cosméticos.

Alimentación y carencias nutricionales

Una dieta deficiente en micronutrientes fundamentales impacta de inmediato en la vitalidad de pestañas y cabello. La falta de biotina, hierro, zinc y vitaminas A, C, D y E compromete el buen funcionamiento de los folículos pilosos. Si el cuerpo no recibe suficiente de estos componentes esenciales, las pestañas se debilitan, crecen menos y se caen más rápido de lo normal.

Estrés y cambios hormonales

Los sobresaltos emocionales, la ansiedad crónica y el estrés acumulado desequilibran las funciones del organismo, incluyendo la renovación de las pestañas. Un ambiente hormonal inestable (como el que ocurre durante la menopausia, el embarazo o el ciclo menstrual) puede alterar la fase de crecimiento, haciendo que entren antes de tiempo en la etapa de reposo. Esto se traduce en pérdida más acelerada y lento recambio de pestañas.

Condiciones médicas y salud ocular

Padecimientos como la blefaritis (inflamación de los párpados), infecciones y enfermedades autoinmunes deterioran el ambiente natural donde crecen las pestañas. Cuando la higiene ocular es deficiente, se obstruyen las glándulas alrededor del folículo, favoreciendo la acumulación de bacterias, ácaros y demás agentes irritantes que atacan la base de las pestañas. Patologías como el hipotiroidismo o la alopecia también provocan adelgazamiento o pérdida total de las pestañas si no se identifican y tratan a tiempo.

Consejos clave para unas pestañas sanas y resistentes

Mantener la salud de las pestañas depende de hábitos sencillos y conscientes. Es fundamental limpiar bien los ojos cada noche, utilizar productos específicos y técnicas suaves para retirar el maquillaje, además de limpiar regularmente las herramientas de belleza. Una alimentación variada y rica en nutrientes aportará los elementos necesarios para fortalecer cada fibra desde la raíz. Evitar el uso excesivo de productos agresivos y acudir al especialista en caso de caída excesiva completa una rutina efectiva para lucir pestañas fuertes y saludables que cumplan su función protectora al máximo. Cuidar este pequeño detalle diario contribuye no solo a la belleza, sino al bienestar integral de la mirada.

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