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Cocina, recetas y alimentos

¿Debo comer carbohidratos después de mi entrenamiento?

Pensar en qué comer después del ejercicio es un clásico entre quienes cuidan su salud y buscan mejorar su rendimiento. No es un mito: la recomendación de consumir carbohidratos después de entrenar tiene bases fisiológicas sólidas y responde a la manera en que el cuerpo repone energía tras el esfuerzo. Durante siglos, los carbohidratos han sido la “gasolina” favorita de los atletas. Pero ¿En realidad todas las personas los necesitan posentrenamiento?

El papel de los carbohidratos en la recuperación muscular

Tras una sesión intensa, los músculos agotan gran parte de su glucógeno, una especie de “reserva energética” que el cuerpo almacena proveniente justamente de los carbohidratos. Al entrenar fuerte, este tanque se vacía y el músculo queda en una especie de “modo ahorro”, comenzando incluso a descomponer sus propias proteínas si no recibe nutrientes pronto. Aquí entran en juego los carbohidratos: su consumo tras el ejercicio ayuda a restaurar estas reservas de glucógeno con rapidez, acelerando la recuperación y reduciendo el riesgo de fatiga prolongada.

Consumir carbohidratos después del entrenamiento también genera un aumento de la insulina, facilitando el transporte de glucosa y aminoácidos hacia las células musculares. Esta sinergia es especialmente importante para quienes realizan ejercicios de alta intensidad o sesiones de larga duración, como entrenamientos de fuerza, intervalos o deportes de resistencia. El tipo de carbohidrato también importa: los alimentos simples y de fácil digestión permiten una reposición rápida, aunque los carbohidratos complejos complementan la nutrición de fondo en el resto del día.

¿Qué tipo y cuánta cantidad de carbohidrato consumir?

No todos los carbohidratos cumplen la misma función en el corto plazo. Tras un entrenamiento exigente, los carbohidratos simples como frutas, zumos naturales, pan blanco o arroz proporcionan energía rápida y suelen ser mejor tolerados por el estómago, justo en ese momento en que el cuerpo está más receptivo a absorber nutrientes. Aunque los integrales y altos en fibra son ideales para el resto de la jornada, tras el esfuerzo pueden causar molestias digestivas.

En cuanto a las cantidades, los expertos recomiendan una proporción entre 3 y 4 gramos de carbohidratos por cada gramo de proteína en la comida o snack postentrenamiento. Esta fórmula optimiza la restauración de glucógeno y la recuperación muscular. Adaptar la porción al esfuerzo realizado es clave: entrenamientos cortos o suaves apenas requieren ajuste, pero tras una sesión fuerte, una ración de 30 a 45 gramos de carbohidratos resulta adecuada para la mayoría.

Foto Freepik

La ventana anabólica: ¿mito o realidad?

Durante años se habló de la conocida “ventana anabólica”, esa supuesta hora dorada después de entrenar en la que el cuerpo absorbería los nutrientes con máxima eficiencia. Muchos creyeron que saltarse este momento significaba perder la oportunidad de crecer muscularmente o recuperarse bien. La ciencia hoy matiza esa idea. Si la ingesta diaria de carbohidratos y proteínas es suficiente y se distribuye de forma equilibrada, el momento exacto de la comida postejercicio no cambia tanto los resultados para la mayoría de las personas.

Sí hay diferencias para atletas de alto rendimiento o quienes entrenan dos veces al día, donde recargar glucógeno rápido facilita el siguiente esfuerzo. Sin embargo, para quienes entrenan solo una vez y llevan una dieta equilibrada, el consumo de carbohidratos puede ajustarse a los propios hábitos sin obsesionarse con el reloj. Lo importante es garantizar el aporte total a lo largo del día.

Carbohidratos, proteínas y crecimiento muscular

Existe la creencia de que tomar carbohidratos después de entrenar dispara el crecimiento muscular, pero la realidad es menos espectacular. La hipertrofia muscular depende sobre todo del estímulo físico mediante ejercicios de resistencia y del consumo suficiente de proteínas. Los carbohidratos cumplen un rol de apoyo: permiten reponer energía, reducir el cansancio y favorecer la recuperación general, pero no aceleran el desarrollo de masa muscular por sí solos.

Eso no resta importancia a su consumo, sobre todo en personas activas. Los carbohidratos ayudan a que los aminoácidos provenientes de las proteínas lleguen más rápido al músculo, favoreciendo los procesos de reparación. Además, disminuyen el impacto del entrenamiento sobre el sistema inmune y ayudan a mantener un metabolismo saludable. Pero para ganar músculo, la clave sigue siendo entrenar de forma progresiva y consumir proteínas de calidad.

¿Qué ocurre si se omiten tras el ejercicio?

Omitir los carbohidratos después de entrenar tiene efectos distintos según el tipo de ejercicio y la intensidad. Si la actividad fue corta, ligera o duró menos de 60-90 minutos, el cuerpo suele recuperar su glucógeno en las siguientes horas usando carbohidratos de las otras comidas. Sin embargo, después de sesiones largas o muy intensas, no reponer carbohidratos puede llevar a una recuperación más lenta, mayor sensación de fatiga y un mayor riesgo de lesiones o bajón de rendimiento en el siguiente entrenamiento.

En deportistas de resistencia o quienes entrenan varias veces por día, la reposición rápida de carbohidratos resulta esencial para rendir bien y evitar problemas de salud como el sobreentrenamiento. Saltarse este paso puede traducirse en malestar, disminución de la capacidad mental, y hasta alteraciones hormonales si se convierte en una costumbre.

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