Este es el día de la semana en que los niños son más irritantes (y es un estudio el que lo dice)
A veces, los niños pueden ser difíciles de entender, porque pueden pasar de ser tranquilos y obedientes cuando se les lee un cuento a ser inquietos y desobedientes en la escuela. Sus cambios de humor a menudo dejan perplejos a los adultos que los rodean. Sin embargo, al igual que los adultos, los niños pequeños también están sujetos a la fatiga y el estrés, y pueden tener días complicados. Esto puede hacerlos más irritables e incontrolables, lo que los vuelve particularmente difíciles de manejar para quienes los cuidan.
Según un estudio reciente, el día de la semana también podría tener un impacto significativo en la irritabilidad y la impulsividad de los niños pequeños. Los investigadores han descubierto que hay un día en particular en el que los jóvenes estudiantes tienden a estar más nerviosos, lo que podría explicar su propensión a perder la paciencia, tener rabietas, gritar y prestar menos atención.
Estudio sobre el comportamiento de niños pequeños
Para llevar a cabo esta investigación sobre la impulsividad y la falta de atención, los investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) utilizaron acelerómetros, dispositivos portátiles que registran los movimientos, para estudiar a unos sesenta niños de entre tres y seis años en cinco diferentes escuelas de educación infantil (principalmente de familias blancas de clase socioeconómica media-alta). De esta manera, pudieron correlacionar de manera objetiva las mediciones obtenidas con las observaciones de comportamiento de los maestros, que son más subjetivas.
El uso de estos dispositivos también tenía como objetivo superar las dificultades relacionadas con las observaciones en entornos escolares o de laboratorio, que requieren muchos recursos y tiempo, y que pueden no reflejar plenamente los diferentes comportamientos observables a lo largo del tiempo.
Los científicos lograron recopilar aproximadamente 2,7 millones de observaciones. Gracias a estos datos obtenidos de manera continua y discreta durante varios días, pudieron concluir en su estudio publicado en la revista Child Development el 24 de abril que los niños modulan su comportamiento según los momentos del día, con cada vez más dificultades para regular su actitud a lo largo de la semana, con problemas de autorregulación particularmente notables el viernes. Agotados por una semana cargada de actividades escolares, los niños parecen llegar al límite el último día y mostrarse menos atentos.
La autorregulación
Los problemas de atención e impulsividad se explican aquí por las dificultades de autorregulación de los niños, es decir, su capacidad para controlar sus propias acciones, pensamientos y emociones a través de los procesos implementados por el sistema nervioso central y los sistemas fisiológicos. Estas investigaciones sugieren que en los más pequeños, la autorregulación es un recurso que puede disminuir a lo largo de los días. Sin embargo, los niños que la controlan mejor parecen poder mantenerla a lo largo de toda la semana.
Según Andrew Koepp, investigador en psicología de la Universidad de Pensilvania y autor principal del estudio, estos resultados demuestran que es crucial ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de autorregulación. Esto es especialmente importante porque estudios anteriores ya habían demostrado que las dificultades para gestionar las emociones y el comportamiento desde la infancia pueden tener repercusiones negativas en la vida futura del niño, como un nivel educativo más bajo y problemas financieros.
Implicaciones para maestros y padres
«Cuando un niño tiene dificultades para mantener la atención o permanecer sentado, esto perturba su aprendizaje y puede alterar la clase», enfatiza el investigador. Por lo tanto, «puede ser útil que los educadores entiendan que los niños pequeños pueden estar más tranquilos y dispuestos a aprender a principios de la semana escolar, y los animen a adoptar un enfoque basado en sus fortalezas, centrado en los momentos en que los niños pueden regular su comportamiento».
Por otro lado, para los padres que podrían enojarse y perder la paciencia, este estudio es un recordatorio de que el comportamiento del niño no es necesariamente provocador o malo, y llama a la comprensión en lugar de los gritos y la irritación, que solo empeorarán la situación. Puede ser útil proponer actividades suaves (baño, lectura, colorear, ejercicios de respiración y relajación, etc.) y un entorno más tranquilo (luz suave, televisión apagada, teléfono o computadora guardados, música suave, etc.).
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