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Salud

Estudios científicos revelan que las personas mayores superan en felicidad a los jóvenes

Muy a menudo, combinamos la vejez con depresión, tristeza, soledad, discapacidad y enfermedad. Esta es una etapa muy temida para los jóvenes y los ancianos. De hecho, es un período que se acompaña de ciertos déficits mentales y físicos. «La vejez es un naufragio», según un famoso escritor. La imagen de la vejez es tan deprimente que los jóvenes de veintitantos años se encuentran con cierta falta de entusiasmo por la idea de celebrar su cumpleaños.

En una sociedad donde el florecimiento y el dinamismo dedican un culto incondicional a la juventud, la vejez es al menos inoportuna. Sí, queremos crecer y madurar, ¡pero no envejecer! ¡Esta es la paradoja de la vejez! Sin embargo, según los estudios realizados, parece que cuanto más envejecemos, más felices somos. Contrariamente a la creencia popular, la vejez tendría muchos más puntos positivos que negativos.

Autodescubrimiento

En su libro «Simplificar la vida es mi gran descubrimiento de la edad», Perla Servan-Schreiber demuestra su felicidad por el envejecimiento. En una entrevista dijo: «Si el cuerpo tiende a envejecer, la mente mejora». De hecho, la imagen que tenemos de la vejez está especialmente centrada en el aspecto físico y del envejecimiento del cuerpo humano. Pero con la edad, uno hace cada vez menos preguntas inútiles, cada vez busca menos para valerse de uno mismo y aprende a aceptarse como uno es. Como lo que toma tiempo para conocerse. Si uno no puede evitar envejecer, no puede evitar envejecer.

Felicidad y estabilidad emocional

Es sabido por todos que la sabiduría se cultiva con la vejez. Según un estudio realizado por investigadores de psicología en un hospital estadounidense publicado en Journal of Experimental Psychology, parece que las personas mayores están cada vez menos expuestas a las emociones negativas. Las personas mayores perciben cada vez menos enojo o miedo. Esto podría reflejar un cierto equilibrio psicológico y el deseo de ver las cosas del lado derecho y estar contento con ellas. Los ancianos se irían cada vez menos enojados. Con la vida y la experiencia, el tiempo que pasa, uno aprende a manejar mejor sus estados emocionales, a reconsiderar las cosas y a concentrarse en lo esencial.

La felicidad y la salud

Finalmente, nos damos cuenta de que el verdadero problema de los hombres no es el envejecimiento, sino el sentirse abandonado y rechazado, viviendo en un ambiente hostil y bajo la mirada de los demás. La idea de envejecer es lo que haría a las personas preocuparse por la vejez. Sin embargo, la felicidad es un estado de ánimo para cultivar. Una vida sana y feliz es un pase libre a la felicidad. Así que la felicidad elimina a la vejez.

El positivismo y la templanza de las personas mayores tienden a hacerlos más serenos y felices. Somos conscientes de que ya no tenemos toda la vida frente a nosotros, así que hay que disfrutarla y tomarla en el lado correcto. «La vejez es invierno para los ignorantes, pero el tiempo de cosecha para el sabio» es un proverbio popular. Para nosotros, recordaremos que lo más importante no es permanecer joven sino permanecer feliz.

¿Cómo lograr ser feliz pese a los achaques de la vejez?

En la travesía de la vejez, donde los achaques pueden convertirse en compañeros cotidianos, la búsqueda de la felicidad se transforma en un arte que se aprende y cultiva con sabiduría. A continuación, se presentan algunos consejos fundamentales para lograr la felicidad a pesar de los desafíos que la edad pueda presentar.

En primer lugar, es crucial mantener una mentalidad positiva. Aceptar los cambios físicos y reconocer la riqueza de la experiencia acumulada a lo largo de los años son pasos esenciales. La actitud positiva no solo contribuye a una mejor calidad de vida, sino que también favorece la resiliencia emocional frente a los desafíos inherentes a la vejez.

El cuidado del cuerpo y la mente se convierte en una prioridad. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular, contribuye significativamente al bienestar físico y emocional. La actividad física no solo fortalece el cuerpo, sino que también libera endorfinas, neurotransmisores asociados con la sensación de bienestar.

Establecer y mantener conexiones sociales es otro pilar clave. La interacción regular con amigos, familiares y la comunidad crea un entorno de apoyo emocional que contrarresta la soledad y fortalece el sentido de pertenencia. Compartir experiencias, risas y afecto con otros brinda una dimensión esencial para enfrentar los desafíos de la vejez.

La búsqueda de pasiones y actividades que inspiren entusiasmo también es fundamental, ya sea aprender algo nuevo, embarcarse en proyectos creativos o disfrutar de pasatiempos, mantenerse comprometido con actividades significativas añade vitalidad y propósito a la vida.

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Angie Bravo