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Sexo y relaciones

Las mejores posiciones para tener sexo cuando hace calor

El calor puede transformar por completo una experiencia íntima. A veces, la temperatura sube tanto que la idea de un encuentro sexual se vuelve menos atractiva por la incomodidad asociada: sudor, sensación pegajosa y dificultad para relajarse con el cuerpo acalorado. Sin embargo, el deseo no se toma vacaciones. En esos días calurosos existen posturas inteligentes y recursos sencillos que ayudan a disfrutar al máximo, minimizando el malestar y haciendo del sexo un plan tan refrescante como el mejor chapuzón.

Posiciones sexuales que ayudan a mantener la frescura en días de calor

El secreto para disfrutar del sexo cuando el termómetro parece una lotería está en reducir el contacto directo de piel y buscar formas donde la ventilación y el movimiento de aire están asegurados. Ciertos clásicos se reinventan y vuelven a ser los favoritos por su capacidad de mantener el placer sin que el sudor se apodere del encuentro.

La cucharita y sus ventajas en el calor

La posición de la cucharita es una elegida insuperable por quienes buscan calma y frescura. Ambos cuerpos se colocan de lado, uno detrás del otro, sin quedar completamente encima ni aplastados. Esto garantiza un roce menor, reduce puntos de sudoración y permite mover brazos y piernas con libertad sin sofocarse. Además, el ritmo puede ser suave y relajado, algo que el calor agradecerá. La cucharita invita a la ternura y deja espacio para la creatividad en las manos, que pueden explorar sin levantar la temperatura general. Si el ambiente lo permite, se puede ubicar un pequeño ventilador cerca, aumentando la sensación de ligereza y frescura.

El perrito para reducir el contacto corporal

El famoso perrito o “doggy style” es una de las posturas que mejor ventila durante el verano. Quienes eligen esta posición notan enseguida cómo se reduce el área de contacto sostenido entre ambos. Las nalgas y pelvis están conectadas, pero gran parte del torso y la cabeza quedan libres y expuestos al aire, algo vital cuando las altas temperaturas amenazan con cortar la inspiración. El placer se intensifica porque esta postura facilita movimientos enérgicos sin el exceso de calor que puede dar el contacto cuerpo a cuerpo. Además, quienes reciben pueden mover el pelo para ventilarse el rostro o usar recogidos cómodos. El perrito es sinónimo de intensidad, pero adapta el ritmo al clima sin perder chispa.

Misionero con variaciones para disipar el calor

Aunque muchos asocian el misionero con mucho contacto, unas simples variaciones lo convierten en una opción adecuada cuando el calor aprieta. Elevar las caderas con una almohada ayuda a separar los ajos del torso, minimizando las zonas en contacto y permitiendo que el aire circule mejor bajo el cuerpo. Además, explorar superficies frescas como sábanas de algodón ligero o incluso una colchoneta en el suelo puede cambiar por completo la sensación térmica. El misionero adaptado mantiene la conexión visual y emocional, pero evita el efecto horno que genera el calor retenido entre ambos cuerpos.

Foto Freepik

Posiciones de pie y en altura

Las posiciones verticales tienen un doble efecto: evitan el contacto con superficies calientes y fomentan la ventilación natural, ya sea junto a una ventana abierta, cerca de un ventilador o en el baño. Estar de pie permite recostar a la pareja contra una pared fría, una mesa de cocina o incluso animarse a un encuentro bajo la ducha. El sudor desaparece más rápido, la circulación de aire es mayor y la sensación de pesadez disminuye. Además, la flexibilidad de estas posturas añade un toque inquieto y aventurero a la sesión, aprovechando cada rincón de la casa para escapar al calor.

Recursos y estrategias para potenciar el placer y el frescor

No todo depende de la postura. El entorno cuenta y mucho. Existen complementos y trucos que pueden transformar el clima del dormitorio (o de la cocina, el baño, el jardín…) y convertir una tarde bochornosa en un oasis de sensualidad. Los clásicos se nutren de estos pequeños recursos para mantener la pasión sin resignar comodidad.

Juguetes eróticos y accesorios fríos para el verano

El verano es el mejor momento para experimentar con juguetes eróticos refrigerados. Basta colocar un vibrador o succionador en la nevera (nunca en el congelador) unos minutos antes de usarlo para lograr un impacto refrescante y novedoso. El hielo puro también puede sumarse al juego: pasar suavemente un cubito por zonas erógenas, siempre con cuidado de la sensibilidad, mejora la estimulación y refresca al mismo tiempo. La clave está en evitar el contacto directo prolongado, envolviendo el hielo en un paño o mezclando con aceites compatibles. Lubricantes de efecto frío o geles refrescantes aumentan la sensación de placer y alivio térmico casi de inmediato.

Seleccionar el lugar adecuado

Salir del dormitorio es básico cuando el calor no da tregua. La ducha, con agua templada o fresca, no solo baja la temperatura, también añade sensaciones nuevas y un ambiente resbaladizo que invita a la fantasía. Las encimeras de mármol o granito en la cocina funcionan como superficie fría y estable, perfectas para encuentros exprés donde el cuerpo agradece evitar tejidos calurosos. Los suelos y las terrazas también pueden ser aliados, siempre asegurando la privacidad. Incluso espacios al aire libre, como patios o jardines de noche, ofrecen el beneficio extra del contacto con la brisa y la ausencia de altas temperaturas interiores.

Tips para crear un entorno cómodo y fresco sin aire acondicionado

No hace falta aire acondicionado para disfrutar del sexo en verano sin sofoco. La elección del horario lo cambia todo: a primera hora de la mañana o a última de la tarde, la temperatura baja y el cuerpo responde mejor. Abrir ventanas para generar corrientes de aire natural y apostar por la ventilación cruzada crea un ambiente fluido, evitando ese aire denso que incomoda. El uso de sábanas ligeras y tejidos frescos es fundamental. Mantener una hidratación adecuada, dejar un vaso de agua o una jarra en la mesita puede salvar el momento de sed imprevista. Preparar el ambiente, bajar persianas o cubrir superficies calientes optimiza cada detalle para que la experiencia sea placentera y, sobre todo, refrescante.

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Pensar en todos los sentidos, sumar creatividad, innovar en lugares y posturas y priorizar la frescura, permite que el sexo en verano sea tan apasionante como soportable. El deseo se mantiene a tope, y el calor solo pasa a ser un ingrediente más de la diversión.

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