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Salud

Si notas esto en tu cuerpo, podrías tener deficiencia de magnesio

El magnesio desempeña un papel clave en la salud, aunque a menudo pasa desapercibido. Este mineral interviene en cientos de funciones esenciales: desde la producción de energía hasta la relajación muscular, el equilibrio emocional y el buen funcionamiento del corazón.

Señales físicas que pueden alertar sobre la falta de magnesio

El cuerpo muestra diferentes formas de advertir una deficiencia de magnesio. Los problemas musculares son de los primeros en aparecer: los calambres o espasmos en las piernas, pies e incluso párpados suelen presentarse por las noches o después de realizar actividad física. Esta sensación incómoda puede llegar acompañada por debilidad general, falta de energía y fatiga que parece no ceder ni con descanso.

Otros síntomas afectan el sistema nervioso. Muchas personas experimentan temblores, hormigueo o un molesto entumecimiento en manos, pies y otras áreas del cuerpo. Las migrañas y dolores de cabeza frecuentes también se asocian con bajos niveles de magnesio.

El corazón tampoco queda fuera. Cambios en el ritmo cardíaco, como palpitaciones o sensaciones de latido irregular, pueden deberse a desequilibrios en este mineral. El sistema digestivo puede reaccionar con náuseas, estreñimiento e incluso pérdida de apetito.

Vale la pena subrayar que estos síntomas no siempre aparecen al mismo tiempo ni en todas las personas. Suelen ser intermitentes, predominando durante la noche o en fases de mucho cansancio. Ante la duda, la observación de estos cambios físicos puede ser la primera pista para indagar en los niveles de magnesio.

Foto Freepik

Factores y hábitos que influyen en la deficiencia de magnesio

No todos los casos de déficit de magnesio tienen el mismo origen. Hay factores que predisponen y hábitos que aceleran la pérdida de este mineral. Una dieta pobre en verduras de hoja verde, frutos secos y semillas reduce de entrada el aporte diario. El consumo regular de alimentos ultraprocesados, que suelen sustituir a preparaciones frescas y naturales, empeora el panorama nutricional.

El abuso de alcohol disminuye la absorción de magnesio y aumenta su eliminación por el riñón. Algunas enfermedades digestivas, como celiaquía o Crohn, afectan la capacidad del cuerpo para captar y retener magnesio, al igual que cuadros de diarrea crónica o pancreatitis.

El estrés crónico es un enemigo silencioso. Bajo presión constante, el cuerpo excreta más magnesio, contribuyendo a su déficit. Ciertos medicamentos, como los diuréticos, antibióticos aminoglucósidos y los inhibidores de la bomba de protones (usados para problemas gástricos), favorecen la pérdida de este mineral. Las personas con insuficiencia renal también pueden presentar trastornos en el equilibrio de magnesio. Finalmente, quienes sudan en exceso por actividad física intensa o altas temperaturas pierden este mineral a través del sudor.

Cada situación tiene sus características, pero todos estos factores pueden sumarse e incrementar el riesgo de falta de magnesio, incluso en personas que intentan comer bien.

Cómo cuidar y recuperar los niveles de magnesio

Cuidar los niveles de magnesio no es complicado si se priorizan algunos cambios sencillos pero efectivos. La base está en una alimentación variada y rica en alimentos donde abunda este mineral. Las legumbres, como garbanzos y lentejas, junto con nueces, semillas, cereales integrales, verduras de hoja verde (espinaca, acelga, kale), chocolate negro y varios tipos de pescado tienen una concentración significativa de magnesio.

Evitar en la medida de lo posible los ultraprocesados ayuda a que el cuerpo reciba no solo más magnesio, sino otros nutrientes que favorecen su absorción. El exceso de café y alcohol conviene limitarlo, ya que aumentan la excreción de magnesio por la orina y dificultan mantenerlo estable.

Mantenerse hidratado, manejar el estrés con técnicas sencillas como la respiración profunda, y cuidar la calidad del sueño, repercute de forma positiva en el equilibrio mineral.

En algunos casos, cuando hay síntomas persistentes, condiciones médicas previas o sospecha de déficit, el profesional médico podría sugerir un análisis de sangre y orina para confirmar los niveles de magnesio. Si bien los suplementos están disponibles, no son una solución automática ni universal. Solo un especialista puede indicar la dosis adecuada, evaluando riesgos y beneficios, y controlando posibles interacciones con otros medicamentos.

Cuidar el magnesio es cuidar el equilibrio del cuerpo. Incorporar hábitos saludables y prestar atención a las señales físicas permite detectar a tiempo esta carencia y actuar en favor de una salud más completa.

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