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Salud

Tres de cada cinco casos de cáncer de hígado podrían prevenirse y aquí te contamos cómo

El cáncer de hígado es una de las causas principales de muerte por cáncer en el mundo. Lo alarmante no solo es su alta mortalidad sino el rápido aumento de casos globales. En las próximas décadas, la cantidad de personas afectadas podría casi duplicarse, pasando de 870,000 diagnósticos en 2022 a más de 1,500,000 en 2050. Pero esta historia tiene un giro esperanzador: estudios recientes concluyen que tres de cada cinco casos pueden evitarse. ¿Por qué entonces sigue creciendo? La respuesta está en los factores prevenibles. Identificarlos y controlarlos es la clave que necesitan millones de personas para no engrosar esas estadísticas.

Factores prevenibles que están detrás del cáncer de hígado

La historia del cáncer hepático es, en realidad, la historia de tres enemigos: la hepatitis viral, el consumo de alcohol y la enfermedad hepática grasa no alcohólica. Juntos explican la mayoría de los casos que eventualmente podrían evitarse.

Estos factores tienen un denominador común: afectan directamente el tejido del hígado, provocando inflamación crónica, daño y, con el paso de los años, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer. En algunos países, la situación es aún más compleja porque estos riesgos se presentan juntos, agravando el panorama.

El peso de la hepatitis B y C en el desarrollo del cáncer hepático

La hepatitis viral ocupa el primer lugar entre las causas de cáncer de hígado a nivel global. La hepatitis B es la más letal y está muy extendida en regiones como Asia y África. Hay algo que cambia el destino de quienes están en riesgo: la vacunación. Proteger a los recién nacidos y a adultos sin inmunizar mediante vacunas contra hepatitis B evita cientos de miles de tumores.

Por otro lado, la hepatitis C también contribuye a la epidemia de cáncer hepático. Si bien existen antivirales capaces de eliminar el virus, muchas personas siguen sin acceder a diagnósticos ni tratamientos efectivos. Esta brecha mantiene la enfermedad activa y suma miles de nuevos diagnósticos por cirrosis y tumor.

En conjunto, las hepatitis virales son responsables de más del 60% de los casos de cáncer hepático en algunas regiones, confirmando por qué la prevención y el tratamiento deben ser prioridad.

Consumo de alcohol y daño hepático

El alcohol representa una amenaza constante para la salud del hígado. Su consumo excesivo y regular impulsa la inflamación, favorece la destrucción celular y dispara el riesgo de cirrosis, que es la antesala de muchos cánceres hepáticos.

Las estadísticas recientes muestran que el alcoholismo crece en América y Europa, donde las tendencias de consumo no han disminuido lo suficiente a pesar de las advertencias. No solo es un tema personal, sino de políticas públicas: la regulación del acceso, la publicidad y los impuestos sobre bebidas alcohólicas resultan determinantes para cambiar el rumbo.

Reducir la ingesta de alcohol puede evitar miles de nuevos casos cada año. Sin acciones coordinadas y campañas de sensibilización, el daño hepático asociado a esta sustancia seguirá siendo un motor silencioso de cáncer.

Foto Freepik

Enfermedad hepática grasa no alcohólica y el papel del estilo de vida

La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) es un motor emergente del cáncer de hígado. Está íntimamente ligada a la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico. Cuando se acumula grasa en el hígado, inicia una inflamación silenciosa que, al cabo de los años, puede transformarse en fibrosis, cirrosis y cáncer.

En países occidentales, la EHGNA ya es una de las principales causas de daño hepático. El avance de la obesidad ha disparado el número de casos, incluso en jóvenes. Lo preocupante es que muchas personas desconocen que tienen esta condición porque rara vez provoca síntomas en sus fases iniciales.

Adoptar un estilo de vida saludable es la mejor defensa: mantener un peso adecuado, hacer ejercicio y cuidar la alimentación detienen la progresión de la enfermedad y, en una gran cantidad de casos, la revierten.

Estrategias de prevención para reducir los casos de cáncer de hígado

La batalla más efectiva contra el cáncer de hígado se libra mucho antes del diagnóstico. Los científicos aseguran que cambiar el rumbo es posible aplicando medidas que ya han demostrado ser eficaces.

Las estrategias de prevención combinan vacunación, control y tratamiento de infecciones, reducción del consumo de alcohol y fomento de hábitos saludables. Estas intervenciones salvan millones de vidas y disminuyen la mortalidad.

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La importancia de la vacunación y el control de infecciones virales

La vacunación contra la hepatitis B ha logrado cambios significativos en países que la han implementado de forma universal desde el nacimiento. Cada niño inmunizado es un adulto menos en riesgo de tumor hepático.

La detección y tratamiento de la hepatitis C es el otro pilar. Ampliar el acceso a análisis, especialmente en comunidades con alta prevalencia, permite iniciar los medicamentos antivirales en fases tempranas, cuando la cura es posible y el daño aún reversible.

Regiones como África y el sudeste asiático enfrentan el reto de incrementar la cobertura de vacunas y tratamientos. Allí, el impacto de la prevención puede ser aún mayor por la carga histórica de estos virus.

Promoción de estilos de vida saludables y entorno social protegido

No hay medicamento que supere el efecto protector de una alimentación equilibrada, el control del peso y la práctica regular de ejercicio. Prevenir la obesidad y la diabetes reduce los casos de enfermedad hepática grasa y sus complicaciones.

Evitar el alcohol y el tabaco protege el hígado y previene también otros tumores. Las políticas públicas, como restricciones en ventas de bebidas alcohólicas y campañas educativas en escuelas y medios, generan ambientes más saludables y conscientes. Cuando las personas disponen de información clara y acceso a servicios médicos, las probabilidades de desarrollar cáncer hepático disminuyen de forma considerable.

La experiencia de algunos países confirma que sumar enfoques individuales con el respaldo de medidas colectivas multiplica los resultados. Así, el cáncer de hígado deja de ser un destino escrito y se transforma en un enemigo evitable para millones.

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