Frizz: 6 formas muy sencillas de evitarlo

El frizz acompaña a cabellos lisos, ondulados y rizados por igual. Se nota cuando el pelo se ve seco, levantado, con pelitos que “saltan” y con mucha electricidad estática. Aparece por humedad, sequedad, roce o exceso de calor, y a menudo todo ocurre en un mismo día. La buena noticia es que no hace falta una rutina complicada para reducirlo de forma clara. Con unos cambios muy simples en lavado, secado, hidratación y cuidados diarios, cualquier persona puede ver menos frizz y un cabello más suave y brillante.
Limpieza suave: cómo lavar el cabello sin causar frizz
Un lavado agresivo suele ser el origen del frizz al lavar el cabello. El agua muy caliente abre la cutícula, arrastra la humedad interna y deja el pelo áspero. Si a esto se suman sulfatos fuertes y productos con mucha sal, el encrespamiento se dispara, sobre todo en medios y puntas.
Elegir el champú y acondicionador correctos
Al revisar la etiqueta conviene buscar un champú sin sulfatos y sin sal, con palabras como hidratante, anti-frizz, para cabello seco, encrespado o rizado. Este tipo de fórmulas limpia sin “desnudar” la fibra. Un buen acondicionador ayuda a suavizar y sellar la superficie del pelo. Lo ideal es aplicarlo de medios a puntas, peinar con los dedos y dejarlo actuar unos minutos para que deslice mejor y se reduzca el frizz al lavar el cabello.
Temperatura del agua y frecuencia de lavado
El agua muy caliente abre de más la cutícula y reseca la fibra. Terminar el aclarado con agua fría para el pelo, o al menos tibia, ayuda a que el cabello quede más sellado y con menos frizz visible. Lavar todos los días elimina la grasa natural que lo protege. Espaciar los lavados permite que el cuero cabelludo regule mejor la hidratación y que la melena se vea más controlada y flexible.
Secado y peinado: pequeños cambios que reducen el frizz al instante
La forma de secar y peinar después de la ducha marca una gran diferencia. En esos minutos el cabello está más frágil, se estira con facilidad y cualquier fricción extra se traduce en más frizz y puntas abiertas.
Secar el cabello sin frotar y con menos fricción
Frotar con fuerza con una toalla gruesa rompe la fibra y crea electricidad. Es mejor envolver el cabello y presionar con suavidad para retirar el exceso de agua. Quien quiera reducir frizz rápido puede cambiar la toalla clásica por una toalla de microfibra o por una camiseta de algodón. Estas telas generan menos roce y ayudan a que el pelo se seque con una textura más definida.

Usar el secador y las herramientas de calor con cuidado
El binomio secador y frizz suele ir de la mano cuando el aire está muy caliente y muy cerca del cabello. Una práctica más suave es usar aire tibio, mantener cierta distancia y dirigir el flujo de arriba hacia abajo para alisar la cutícula. Antes de secador, plancha o rizador conviene aplicar un protector térmico ligero. Esta capa ayuda a reducir la deshidratación progresiva y mantiene el brillo durante más tiempo.
Hidratación y cuidados diarios para mantener el frizz bajo control
Además del lavado y el secado, la hidratación constante y los pequeños gestos diarios terminan de marcar la diferencia. Aquí se suman la crema anti-frizz, la mascarilla semanal, la forma de peinar y hasta la tela de la almohada.
Mascarillas y productos anti-frizz que sellan la hidratación
Una mascarilla hidratante una vez por semana nutre en profundidad y deja el cabello más elástico. Ingredientes como aceites ligeros o mantecas vegetales ayudan a sellar la humedad y a que el pelo pese un poco más, lo justo para que no se “infle”. Después, una crema anti-frizz, un sérum o unas gotas de aceite ligero sobre medios y puntas controlan el encrespamiento diario. Siempre en poca cantidad, para evitar que el cabello pierda movimiento.
Peinado suave, funda de almohada adecuada y otros hábitos diarios
Un peine de dientes anchos o los dedos bastan para desenredar sin romper. Cepillar en seco con mucha fuerza multiplica el frizz, igual que tocar el pelo todo el tiempo. Menos manipulación significa menos electricidad y menos rotura.
Para dormir sin frizz, una funda de seda o satén reduce el roce nocturno y ayuda a que la melena amanezca más pulida. Peinados suaves, como trenzas flojas o recogidos bajos, también protegen la fibra y mantienen mejor la forma natural del cabello, día tras día.
